Las siglas pH significan “potencial de hidrógeno” y nos sirven para indicar la concentración de iones hidronio presentes en una disolución, es decir, gracias al pH somos capaces de saber el grado de acidez de una disolución. El pH es importante mantenerlo controlado y evitar toda posible alteración que pueda sufrir, de esta manera podemos prevenirnos de sentir molestias en la zona vaginal y en la vulva e incluso de evitar infecciones en el tracto vaginal inferior.

 

La vagina se depura sola y es capaz de protegernos frente a infecciones gracias a lo que comúnmente se conoce como barrera microbiológica, que acidula la vagina descamando las células del epitelio de la mucosa y produce glucógeno, es decir, hace que disminuya el pH. Pero si se mantiene un pH bajo durante mucho tiempo, ese exceso de acidez también nos puede dejar expuestas frente a otro tipo de infecciones y favorecer su aparición.

 

Y es que, a pesar de la importancia de mantenerlo equilibrado, el pH vaginal puede variar mucho de manera natural a lo largo nuestras vidas. Un pH neutro se encuentra alrededor de 7, pero durante nuestra época fértil se puede encontrar entre el 4 y el 5, siendo de esta manera mucho más ácido. En nuestras épocas menos fértiles, que son durante las que nos encontramos menstruando o en las que ya hemos entrado en la menopausia, la cifra se eleva entre el 6,8 y el 7,2, lo que vuelve al pH algo más alcalino, es decir, más dulce.

 

pH vaginal

 

Ahora que ya sabemos lo que es el pH vaginal y cómo afectan sus distintas variaciones en función de la época de nuestra vida en la que nos encontremos, vamos a ver cuales son los valores en los que se nos puede presentar en mayor profundidad y que es exactamente esto de los pH ácidos o alcalinos.

 

Valores y tipos de pH vaginal

La escala del pH va del 1 al 14, siendo el 7 el valor intermedio y por tanto el más neutral. La cantidad ideal de pH va de entre el 7,3 al 7,45, siendo un poco más alcalina pero sin llegar a excederse. El momento ideal para medirse el pH es a primera hora de la mañana y en ayunas, esto se puede hacer en casa con unas tiras reactivas de papel de tornasol, que se pueden comprar en la farmacia e indican el grado de acidez de una muestra del flujo vaginal. También se pueden realizar estas pruebas directamente en las revisiones ginecológicas, ya que además incluyen protocolos de medición del pH vaginal.

 

  • pH neutro: El valor neutro, como ya hemos visto antes, es cuando el pH es igual a 7, y esto básicamente significa que se encuentra estable, equilibrado y que no presenta ninguna alteración que lo vuelva más ácido o alcalino.
  • pH ácido: En este caso, si el pH es menor a 7, este se vuelve más ácido, siendo 1 el nivel de pH más ácido de todos. 
  • pH alcalino o básico: Y si es mayor de 7, ya hablamos de valores alcalinos o básicos, que podemos relacionar directamente con una buena salud debido a los alimentos que lo producen, que apenas generan acidez, y suelen ser frutas y verduras.

 

El pH del cuerpo varía en cada órgano, pero en los intestinos, la piel y la vagina, el balance suele ser más ácido para eliminar algunas bacterias, por eso una alimentación saludable, rica en frutas y verduras, es recomendable para que estas zonas adquieran un pH más alcalino. En la saliva, por otro lado, el balance suele ser el más alcalino de todo el cuerpo.

 

El pH vaginal también varía a lo largo del ciclo menstrual y dependiendo del mes en el que se menstrue, así como a lo largo de las diferentes etapas de nuestra vida como mujeres. Y es que es gracias a las variaciones que tiene el pH en las mujeres sanas que podemos saber cómo actuar para prevenir o corregir los distintos desequilibrios que puede sufrir y que hay que intentar evitar. El pH vaginal está relacionado con el estado microbiológico de la vagina, por eso es importante mantenerlo equilibrado. Un pH vaginal demasiado alterado, ya sea por encima o por debajo de las cifras aconsejadas, puede favorecer a contraer infecciones vaginales, por eso es importante mantenerlo adecuadamente regulado. 

 

Para mantener un buen equilibrio debemos de ser conscientes de cuál es nuestro pH normal, y esto depende del momento en el que nos encontremos. Se puede aumentar o disminuir el grado de acidez del pH con distintos productos de higiene íntima femenina acordes con nuestro valor del pH vaginal, por eso es muy importante que estemos al tanto de nuestro nivel normal de pH y que mantengamos una actitud preventiva contra las posibles infecciones utilizando este tipo de productos, que prestan especial atención a nuestro cuidado íntimo.

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