Las revisiones ginecológicas consisten en explorar el estado de salud de los órganos genitales femeninos y, además de realizarse esta exploración interna y externa, el especialista en ginecología creará un historial clínico de la paciente y comprobará el estado de salud del aparato reproductivo para evitar posibles problemas. Estas revisiones ginecológicas suelen iniciarse cuando se empiezan a mantener relaciones sexuales, por alteraciones menstruales que supongan molestias o por menstruaciones que no se presenten con regularidad.
En España, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), muchas mujeres todavía le tienen algo de miedo a realizarse una revisión ginecológica y solo un poco más de la mitad de mujeres de entre 15 y 24 años se han realizado una alguna vez. Otro dato preocupante es que de entre las de 25 y 34 años, una de cada cinco no se ha hecho nunca una citología vaginal para detectar infecciones o posibles lesiones malignas, como puede ser el cáncer de útero, algo bastante preocupante.
Las revisiones ginecológicas se aconseja que se realicen anualmente si se mantienen relaciones sexuales de manera habitual o de si se está siguiendo algún tipo de tratamiento anticonceptivo. Las de rutina, por otro lado, no es aconsejable que se interrumpa nunca. A partir de los 60 años, por ejemplo, deberían de seguirse los consejos que nos da nuestro ginecólogo, pero tampoco es necesario realizarse las revisiones con mucha periodicidad.
Estas revisiones ginecológicas suponen una actualización del historial clínico y médico de la paciente, no únicamente del historial ginecólogo, y dependiendo de la edad, se explorarán unas zonas u otras, como pueden ser las mamas, el control de peso e incluso la tensión arterial. También es importante que se realice un adecuado sistema de detección de enfermedades de transmisión sexual y para así poder evaluar su riesgo de adquisición.
Revisiones ginecológicas según la edad
Dependiendo de la edad, las pruebas que se realizan en una revisión ginecológica suelen variar. Es habitual que en mujeres menores de 35 años, sin ningún tipo de disfuncionalidad, las revisiones ginecológicas se realicen anualmente. Estas consisten en una exploración y una citología, y en caso de dolores o molestias en la zona abdominal o en las mamas, ya se tendrían que realizar otro tipo de pruebas cuyos resultados irían directamente al ginecólogo para que los analice en mayor profundidad.
Si subimos un poco el rango de edad, las que son mayores de 35 años ya deberían, además de someterse a las mismas pruebas que las que todavía no la han alcanzado, realizarse un análisis de sangre. Este análisis es muy importante ya que, en caso de que haya antecedentes familiares de cáncer de mama, podemos correr el riesgo de sufrirlo.
Una vez entrada en la menopausia, las revisiones ginecológicas son igual de importantes, así que no hay que dejarlas de lado. Las pruebas uterinas, así como las mamografías rutinarias, son necesarias para prevenir factores de riesgo y para mantener controladas las pérdidas de densidad de los huesos, que están directamente relacionadas con la edad.
Cuándo empezar a hacerse revisiones ginecológicas
La edad para empezar a hacerse revisiones ginecológicas no es ninguna en específico, pero sí que resulta común y recomendable el acudir a la consulta una vez nos baje la primera regla. Aunque durante los primeros años después de tenerla no resulte muy necesaria una revisión de este tipo, durante la consulta nos orientarán sobre las revisiones correspondientes, los tipos de pruebas, y cualquier duda que nos surja como paciente.
Sí que es verdad que es aconsejable realizarse una antes de empezar a mantener relaciones sexuales. Es una buena forma de informarse acerca de las infecciones de transmisión sexual y por tanto, de evitarlas. Igualmente este no es un requisito imprescindible, siempre es bueno acudir en caso de sentir alguna molestia u escozor en la zona genital.
Las revisiones ginecológicas anuales suelen contar con una serie de preguntas acerca del estado de salud, antecedentes familiares, embarazos, etc. de la paciente. Con las que el ginecólogo pretende informarse para actualizar nuestro historial clínico y disponer de los datos necesarios para la prescripción de pruebas preventivas, una vez finalizada la revisión ginecológica. También se realizará una exploración interna y otra externa del aparato genital, dentro de los cuales, dependiendo de la edad, como ya hemos visto antes, se harán además unas pruebas u otras. Una vez finalizada la revisión y dependiendo del diagnóstico, el ginecólogo nos podrá prescribir tratamientos o terapias con la intención de prevenir o tratar molestias en la zona.
Por qué he de hacerme revisiones ginecológicas
Las revisiones ginecológicas y las pruebas de las que consta son importantes porque, al realizarlas de manera periódica, podemos saber con mayor rigurosidad si nos encontramos en perfecto estado o si por el contrario tenemos algún tipo de problema, además de detectarlo con mucha más antelación que si no nos realizáramos estas pruebas, lo que nos permite poder tomar medidas mucho antes y evitar que los problemas aparezcan o que se agraven.
Otra de las razones principales por las que realizarse revisiones ginecológicas periódicas es importante es porque, gracias a ellas, podemos mejorar nuestra calidad de vida como mujeres. Los resultados de estas pruebas le dan la oportunidad al ginecólogo de poder recomendarnos acciones de hábito, higiene, alimentación e incluso distintos productos para mejorar nuestra salud íntima. Este tipo de pruebas son muy importantes por todos estos motivos, así que, ya sabemos por qué hay que asistir a revisiones ginecológicas periódicamente.