Un fibroma uterino es un tumor no canceroso que tiende a crecer en las capas musculares del útero, formado por células musculares y otro tipo de tejidos y que pueden variar de tamaño, yendo desde el de una haba hasta el de una manzana. Suelen conocerse como miomas o leiomiomas, y afectan alrededor de un 30% de mujeres a partir de los 35 años, ya que suelen empezar a desarrollarse entre los 16 y los 50 años, que son las etapas en la que los estrógenos se encuentran en niveles más altos.
Estos crecimientos en el útero no suelen ser peligrosos, pero debido al tamaño que pueden alcanzar, sí que llegan a ser molestos, causando dolor, sangrados e incluso reduciendo la posibilidad de quedarse embarazada, pero no aumentan las probabilidades de contraer cáncer de útero. Los fibromas uterinos no son algo que pueda aparecer individualmente, y pueden aparecer incluso varios a la vez. Y aunque, como hemos visto antes, pueden desarrollarse entre los 16 y los 50 años, bien pueden crecer muy lentamente o aparecer en menos de una semana.
Qué hace que se desarrollen los fibromas uterinos
La aparición de fibromas uterinos no parece estar relacionada con ninguna causa en específico, sino que resulta parecer una combinación de genética, hormonas, dieta y estrés. Aún con estas, parecen más propensas a sufrir este tipo de crecimientos en las paredes del útero las mujeres cuyos familiares ya han sufrido de fibromas anteriormente, que comen mucha carne roja, que tienen déficit de vitamina D o que padecen de obesidad. También existe una mayor probabilidad de que aparezcan estos fibromas antes incluso de llegar a la menopausia y que las mujeres negras las desarrollen en edades más tempranas.
Los fibromas uterinos tienden a crecer cuando los niveles de estrógenos y de progesterona son elevados, como por ejemplo en la etapa del embarazo, y en personas que toman medicamentos anti-hormonales, o en etapas como la anteriormente mencionada, como es la menopausia, en la que no se generan tantas hormonas de este tipo, en las que estas hormonas tienden a disminuir, dejan de crecer o incluso disminuyen de tamaño.
Síntomas que pueden causar los fibromas uterinos
Generalmente estos fibromas no van más allá de causar molestias, pero hay veces que aparecen en partes del útero más sensibles o que incluso provocan que pueda rozar con algo más, por lo que pueden incluir:
- Sangrados más abundantes durante la menstruación o entre periodos.
- Anemia, debido a los abundantes sangrados.
- Hinchazones en el útero.
- Dolor en la tripa, en la espalda o durante el sexo.
- Sentir la necesidad de orinar o tener dificultades para ello.
- Abortos espontáneos.
- Infertilidad.
En cuanto a la infertilidad, es raro que suceda y se suele poder tratar. Algunos síntomas más graves que pueden suceder son, ya no solo el aborto espontáneo, sino tener problemas durante el parto que impidan el parto vaginal y lleguen a forzar a la cesárea. El tamaño de los fibromas no afecta para nada en la gravedad que puedan tener los síntomas, ya que incluso los pequeños pueden suponer un mayor peligro que los grandes. Aun así hay que estar pendientes de las molestias que puedan causar, ya que a pesar de no ser cancerígenos siempre pueden causar malestares como los que ya hemos visto.
Cómo tratar los fibromas uterinos
Los tratamientos que requieren los fibromas uterinos pueden ir desde medicamentos para controlarlos, como antiinflamatorios como los ibuprofenos o los naproxenos hasta llegar a algunos más agresivos como son el uso de anticonceptivos hormonales como la píldora o la inyección, para controlar los sangrados y reducir el dolor de los cólicos. Todo tratamiento variará en función de la edad, la salud de la que se goce y del tamaño y lugar en el que se encuentren los fibromas.
Estos medicamentos que funcionan a nivel hormonal suelen utilizarse para reducir el tamaño de los miomas antes de someterse a la cirugía para extirparlos, esto es a causa de la cantidad de efectos secundarios que pueden tener, por eso se toman durante períodos de tiempo muy cortos, ya que en cuanto dejan de consumirse, los fibromas suelen volver a crecer y a recuperar el tamaño que tenían en un principio.
Todavía se desconoce de qué forma prevenir este tipo de fibromas, pero sí que es cierto que en la mayoría de los casos, no nos impiden hacer vida normal y solo un pequeño porcentaje de estos tumores requiere de tratamiento. Lo más recomendable es mantener unos hábitos de vida saludable, comer sano y hacer ejercicio, de esta forma es posible que el riesgo de padecerlos disminuya.